Las personas que niegan su necesidad de un salvador pueden ignorar su sensación de culpa, justificarla, o desensibilizarse al respecto, pero lo cierto es que la culpa sigue ahí. Esto apunta hacia el hecho de que cada persona es culpable delante de Dios. En este librito, el Dr. R.C. Sproul provee un sólido consejo a quienes escuchan la acusación de su conciencia, enseñando que verdaderamente somos culpables delante de Dios, pero también hay una cura para la culpa: el perdón por medio de Jesucristo.