La noche que Jacob “Sin” Sinclair había compartido con Luccy en su suite terminó de forma inesperada: ¡ella lo dejó de madrugada sin decirle ni una sola palabra!
Luccy se había sentido impresionada por el lujoso ático de aquel sofisticado millonario, y aún se ruborizaba al recordar cómo había sucumbido a una noche de placer exquisito. ¡Pero su vergüenza aumentó cuando se enteró de que se había quedado embarazada!
Sin estaba decidido a encontrarla. No estaba dispuesto a que el heredero Sinclair, el que recibiría todos sus millones, fuera ilegítimo.