Segundo de la saga. El príncipe Kaliq Al’Farisi era tan aficionado a las mujeres como a los caballos. Con ambos dominaba siempre la situación.
Eleni era una muchacha de Calista criada por un padre cruel y convencida de que no era digna de amor. Cuando el jeque Kaliq se hizo con su adorado caballo, Eleni se negó a separarse de éste y comenzó a trabajar para Kaliq como moza de cuadras.
El príncipe había decidido seducirla; luego descubrió que era virgen y la conquista le resultó aún más interesante y atractiva. Sin embargo, Kaliq iba a encontrarse ante un dilema: su cuerpo deseaba a Eleni, pero su corazón ansiaba protegerla…